El departamento del Cusco es una especie de bisagra geográfica: una puerta entre la sierra montañosa, la selva amazónica y la extensa altiplanicie andina.
Esta condición se traduce en un paisaje de fuertes contrastes y de una enorme diversidad ambiental, que ha servido de soporte para el desarrollo de culturas tan importantes como la incaica. Sus grandes montañas se combinan con elevadas mesetas, pampas ondulantes, profundos valles y llanos amazónicos.
Hoy, como antes, el Cusco sigue siendo un importante centro regional, con un potencial que no sólo se muestra en la cantidad de recursos, sino también en su posición preferencial en las vías y caminos. Es un territorio de encuentros, donde aún queda mucho por explorar.
En el Cusco existen tres grandes unidades de territorio que pueden leerse siguiendo la orientación Nor-Oeste-Sur-Este del departamento. Estos grandes conjuntos (zonas alto andinas, selvas e interior del departamento) no tienen límites precisos, siguen más bien una interpretación del espacio cusqueño que se basa en variables fisiológicas y climáticas muy generales, pero útiles para entender la enorme diversidad en el espacio cusqueño.
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